Uniformes industriales: más allá de un color

El tránsito, los bomberos, los médicos, la policía… ¡todos utilizan uniforme! Es como si necesitáramos de esos uniformes para vivir: nos identifican, nos diferencian, nos ayudan a establecer orden.

Sin embargo usar un uniforme va más allá de la estética, de la distinción o de hacer parte de un equipo concreto. La industria a la que pertenece quien porta el uniforme determina su color y tipo de tela, y estos son elegidos según la ubicación y el esfuerzo físico de quienes lo porten.

Cada trabajador, más allá de estar cómodo, necesita estar protegido de una gran cantidad de factores externos, y un uniforme adecuado podría ser un elemento determinante para dicha protección, optimizando además los tiempos del trabajador y su capacidad de desempeñar sus labores correctamente.

¿Por dónde empezar?

Cada país, territorio e industria debe cumplir con ciertas normas, casi todas orientadas hacia la seguridad. Chalecos, cascos, batas y overoles son algunas de esas prendas que conforman dichos uniformes, y que vienen acompañadas por una serie de reglamentos relacionados con su forma de uso, lugares de uso y materiales a los que se expone quien debe portar cada uno de ellos.

Grasa, sustancias químicas y posibles lesiones son algunas de las eventualidades que cada uniforme enfrenta según el área al que haga parte: medicina, maquinaria, alimentación, mecánica… Hay tantos tipos de uniforme como tipos de áreas productivas.

Es precisamente el área productiva la que define el material, el estilo y el tipo de confección de cada uniforme, y es su correcta confección y fabricación la que garantiza el bienestar de cada trabajador.

¿De qué están hechos los uniformes industriales?

La confección de los uniformes industriales es otro mundo: elegir el tipo de tela, por ejemplo, es de por sí un paso extenso gracias a la gran variedad de telas que existen y al tipo de industria en el que esos uniformes serán utilizados.

Hay, eso sí, algunas telas más populares que otras, que son elegidas teniendo en cuenta algunas características, como el riesgo del trabajo a realizar, el esfuerzo físico, el lugar en el que será utilizado el uniforme y la resistencia requerida.

Encontrar el equilibrio entre la resistencia de las prendas y la conservación de su color original puede ser todo un reto; su limpieza y cuidado deben ir de la mano de la apariencia y la limpieza.

La gabardina, hecha de algodón y poliéster ofrece protección, comodidad, durabilidad y resistencia; el tergal es de poliéster y permite una gran variedad de colores; el ripstop es una tela prácticamente irrompible y la mezclilla se adapta al cuerpo, facilitando su motricidad.

¿Qué tipo de uniforme industrial necesita tu empresa?

Overoles, pantalones, chalecos, guantes, fajas… Antes de decidir qué tipo de uniforme necesitas debes pensar en tus empleados, analizar el tipo de protección que requieren y velar porque la normatividad sea cumplida.

Elegir correctamente el tipo de uniforme garantiza seguridad, protección, productividad y tranquilidad. Lo importante, más allá de todo eso, es que el uniforme sepa reflejar tu esencia.